Las tablas de Isabel

Los Reyes Católicos se establecen en Almazán, villa elegida como residencia de su heredero. Tras la toma de Granada y la conquista de América, las islas

Canarias se suman a la Corona. La ruta de la lana entre Castilla y Flandes regresa a los puertos cantábricos con barcos llenos de paños y tablas

flamencas. La reina no se separa de su talismán, un devocionario encargado a

uno de sus pintores favoritos, Hans Memling. Si Isabel se desprende del tríptico, pondrá en peligro su futuro. El círculo femenino de la reina demuestra su poder y su mecenazgo. Sus cuatro hijas serán claves en la

gestación de un imperio, pero la lana que ha hecho rica a Castilla será también su perdición. En nuestros días, una noticia sacude el mundo del Arte.

Un excéntrico marchante norteamericano afirma haber descubier [...]